American Flagg!, Vol. 1

Guionista e ilustrador: Howard Chaykin

Editorial: Image comics/Dynamic Forces

A veces olvidamos que antes de Watchmen y The Dark Knight Returns, ya existía American Flagg!, una ucronía de ciencia ficción que en 1983 se atrevió a explotar un dinamismo gráfico inusitado para la época y fomentar la complejidad narrativa dentro de la historieta estadounidense. A esta obra de Howard Chaykin le debemos gran parte de la madurez y la ambición temática que una década más tarde haría famosos a los autores de Vertigo, y también una ficción especulativa que anticipa las desventajas de las sociedades hipermediatizadas y los nacionalismos actuales.

Ambientada en el año 2031, American Flagg! se desarrolla en un sistema solar reorganizado, donde las grandes empresas y las potencias mundiales se han reubicado en Marte tras una crisis mundial. Este gobierno interplanetario está a cargo de un híbrido corporativo-político llamado Plex, que ha convertido a la Tierra es un planeta de segundo orden, sometido al consumismo y a la violencia. En este contexto, nuestra mirada se centra en el ranger Reuben Flagg, un personaje antiheroico que combina el atractivo y el machismo de James Bond con la brutalidad y el cinismo de Judge Dredd.

Con un tono eminentemente satírico, American Flagg! pinta una sociedad sobrecargada de información, donde los dispositivos disciplinarios de Plex alcanzan tanto el mundo del entretenimiento como el del paramilitarismo. Su humor negro se centra en la crítica a la manipulación mental de las masas a través del espectáculo audiovisual y en la denuncia del control gubernamental en un mundo que ha normalizado la pornografía y el terrorismo comunitario. Chaykin, en el fondo, retrata la traición del “espíritu de honestidad y solidaridad norteamericano” y la desaparición de una ideal humanista a cambio de una sociedad saturada de armas y mensajes subliminales que fomentan la distopía.

Casi cuarenta años después de su publicación, American Flagg! sigue siendo una obra sofisticada y necesaria. No es solo la vigencia de su discurso, sino también el uso de la estética pop, tomando del simbolismo publicitario y el diseño televisivo para sorprendernos visualmente. No hay historieta moderna en los Estados Unidos que no se haya impregnado de la organización de sus paneles, de la fluidez orgánica de sus onomatopeyas o de los múltiples niveles de sus globos. En 1983, Chaykin nos obsequió un relato conspirativo y cyberpunk que aún hoy nos atrapa, tanto por su sugestiva composición como por su visión de un mundo de terrores que por momentos se hace muy palpable.

Gracias por leer esta reseña

Soy Salvador Luis (1978), narrador, editor y crítico cultural peruano: www.salvadorluis.net. Twitter: @UnRaggioLaser

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